Javier Quintana: El artista callejero que pinta la pasión de
los seguidores de La Renga
La pasión es eso que empuja a los jóvenes (y no tanto) a
seguir a una banda cuando sale de gira. No hay forma de describir esa pasión,
que se expresa en cantitos, tatuajes, remeras. Y en el caso de Javier “Locura”
Quintana es en pinturas.
Javier Locura sigue en la ruta a La Renga desde el 2013 y desde
principios del año pasado decidió plasmar con su arte lo que le genera la banda
en los shows en vivo. Llegó a Posadas con su hijo y sus pinturas, frente a La Bionda donde hicieron la
previa Motorkraf y Maldito Veneno regaló su arte en la tarde del sábado. Dos
cuadros un terco y una terca muy especial.
Los que llegaron a Misiones siguiendo a La Renga muestran un
sentimiento similar al que tenían Los Rendondos. Magia, fanatismo, genuino y
muchos otros atributos más pueden dar vueltas por el fenómeno que tienen
algunas bandas de rock, y que la
Renga lo supo conquistar y en esta nueva gira lo ratificó.
Quintana explicó que “Locura” es por su forma de ser “de no
parar nunca, de hacer una cosa tras otra. Que se yo, de subirme a un monumento
a colgar una bandera. Cosas así que fluyen en una gira. Y la adrenalina que te
da la gira y la previa, lo que te produce la gente y la banda”.
Este artista urbano plantea que la mejor forma de mostrar
como La Renga
le abrió la cabeza es “pintado un mural” antes de cada show al que asiste.
Javier deja su huella en cada previa a los banquetes de La Renga , y a través de su arte
expresa sus sentimientos más puros hacia la banda de Mataderos.
“La Renga
me abrió el corazón y la cabeza” afirma Javier mientras sostiene con una mano
un pincel con el cual da forma a la pareja de Tercos. Una manera, su manera, de
plasmar con arte lo que genera en él la banda de Mataderos, la que sigue a
todos lados dejando su propia huella.
Esa huella, su huella, que le permitió explorar mundos
nuevos dentro del mundo que es La Renga. Desde Navarro (Buenos Aires) cuando los
vio por primera vez en vivo, hasta Posadas (el más reciente de los shows). Él
retrata el sentimiento de los fans en murales que se roban la atención en las
inmediaciones de cada show de Chizzo Nápoli, los hermanos Tete y Tanque Iglesias.
Deja en claro que “lo importante es la banda, es escucharlos
y cantar y sentir esa energía en el pecho al escuchar la Libertad
Es quien eternizó la frase “Tengamos un banquete en paz”,
luego de la muerte, por distintas causas, de Ismael Sosa en Villa Rumipal y
Tomás Contreras en Bragado, habló de sus inicios en el arte, su llegada a La Renga y lo que generan sus
pinturas.
Valoró la amistad que se genera en las previas, “esa
energía, esa locura que se desata acá es asombroso”. Hay quienes lo conocen
solo por las redes sociales y al verlo lo saludan como viejos conocidos
diciendo “eh vos sos Javier, que groso” y lo abrazan pidiendole una foto-
Recordó que esta idea de pintar por y para el rock surgió
casi de casualidad, una casualidad que lo llevó a sitios impensados en estos
años. Explicó que fue siguiendo a La
Renga , puntualmente en el show de Villa Rumipal (Córdoba).
“Fui a un banquete, no tenía nada que hacer y tenía la necesidad imperiosa de
expresar algo. Me llevó a un graffitti y después a otros y nada. Después en
diciembre me vi pintando con ellos en el escenario”.
Explicó que esto se da porque “las obras les llegan a la
gente, porque sino fuese por ellos, hubiese quedado en esa anécdota de Rumipal
y yo seguiría haciendo otra cosa. Yo creo que pinto banners a la alegría de la
gente”.
Reconoció que “no sigo a La Renga de toda la vida”. Pero aclaró que si es del
barrio. Este pintor de 41 años comenzó a verlos en vivo desde el año 2013 y
desde allí la pasión por la banda prendió en él.
Agradeció el reconocimiento de los fans de la banda a su
arte y remarcó que más allá de los elogios y las cosas que han surgido “solo
soy un tipo de barrio que expresa en murales el sentimiento que despierta en mí
La Renga ”.
Afirmó que La
Renga “le hace música al arte, están continuamente
bombardeando con el arte infernal”. Y luego explicó que “al arte de ellos yo lo
hago mutar, porque consideró que cuenta muchas más historias, de lo que la
aparente imagen estática da. Por eso la saco de ese lugar la fusiono con otras
y eso le llega a la gente”, dijo Javier siempre con La Renga sonando de fondo.
Reconoció que sus Tercos son diferentes, porque tienen los
ojos abiertos y la boca no está cosida. “Porque no le tienen miedo a los malos
espíritus, sino que lanza en mano los enfrentan y gritan al mundo su verdad,
mirando hacia el frente”, dijo.
Cuando uno lo ve pintar se da cuenta que lo hace “con
pasión”, la música de La Renga
lo lleva a plasmar con colores sus emociones. Le surgen collages de imágenes
que reflejan ese amor por la banda. En Posadas pintaba mientras llegaban los
fans y entre saludo y abrazo le mostraban algún escracho (tatuaje) hecho con
sus dibujos.
Explicó que “lo que hago, me sale de manera inmediata. Es
inspiración pura. Me dejo llevar por la música. En mi cabeza, las canciones son
imágenes que canalizo con un pincel en la mano. Soy una representación gráfica
de historias”. Este artista callejero que se ha ganado un lugar en el corazón
de todos los rengos.
Arte Infernal con un pedido de Justicia:
En Posadas, los dibujos de Javier fueron más que especiales,
porque además del tradicional Terco, se animo a hacer una Terca. Que represente
al público femenino seguidor de La
Renga.
Explicó que hace pocos días se enteró del caso de Ingrid una joven seguidora de la banda que hace un año falleció. "Todo apunta a que su asesino fue quien era su pareja" contó triste el artista. Quien lamentó que estas situaciones sean algo común en el país, por ello es que la Terca pintada en Posadas es tan especial.
Un grito de Justicia por Ingrid y por todas las victimas de femicidio.
Todas las fotos de la previa en AerosolesAnónimos
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