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Grafiti: ¿arte
callejero o acto vandálico?
Los límites entre el
grafiti y el vandalismo son tan difusos que es difícil llegar a una conclusión
sobre la consideración de estas pinturas. Mientras parte de la sociedad los
defiende como forma de expresión, otra los censura por la imagen de suciedad
que proyectan de la ciudad.
Ni es oro todo lo que
reluce, ni toda pintura o marca realizada con un aerosol en un espacio público
puede considerarse un grafiti. Al menos así lo entienden los propios
grafiteros, que reconocen que son "difusos" los límites entre el
grafiti y el vandalismo, y que pocas personas consiguen diferenciar entre las
distintas manifestaciones.
Con objeto de arrojar
un poco de luz al respecto y romper prejuicios, Mario Rodríguez, más conocido
como Mr Trazo, explica las diferencias entre las cinco corrientes que comparten
escenario en la calle: arte urbano, grafiti, decoraciones urbanas, arte
institucional y vandalismo.
Mr Trazo expone que
las tres primeras, el grafiti, el arte urbano y las decoraciones urbanas, a
menudo se confunden entre sí por el mero hecho de compartir la técnica del
espray.
En relación con el
grafiti, explica que tiene como finalidad llamar la atención y revindicar la
rebeldía de un colectivo frustrado. "Su caligrafía da forma a un
pseudónimo y detrás de él no hay ningún discurso conceptual", señala el
artista resaltando que "el grafiti posee un tono vandálico y artístico a
la vez". Realizado de manera legal o ilegal, el grafiti toma forma
desde caligrafías de gran elaboración, iconos o marcas, hasta firmas rápidas,
ápodos a veces acompañados por dibujos o ilustraciones que los realzan.
Por su gran calidad
artística y por el uso del espray, en ocasiones se pueden confundir con el arte
urbano. No obstante, "carecen del trasfondo conceptual".
Aunque Mr Trazo
reconoce cierto tono vandálico en los grafiti, los quiere diferenciar de lo que
sí considera estrictamente un acto vandálico. En este último englobaría el
dibujo de genitales, pintadas de amor o pintadas sindicales.
Nuestro artista habla
además de otros componentes que definen el grafiti, como que tiende a
desarrollarse a una edad temprana, durante la adolescencia, en la que se quiere
llamar la atención; y que no requiere de un talento artístico especial.
Aunque no es una
característica, la controversia social que suscita es algo inherente al
grafiti. Mientras parte de la sociedad lo defiende como un modo de expresión
artística, otra lo considera un acto vandálico que repercute negativamente en
la imagen de una ciudad.
El Ayuntamiento de
Cuenca ha intentado poner freno a este tipo de pintadas –que han proliferado en
los últimos años- con la ordenanza municipal para Proteger los Espacios Públicos y
la Convivencia, que establece multas de hasta 3.000 euros. Con esta
ordenanza pretende disuadir a los grafiteros y ahorrarse los 12.000 euros
anuales que destina de media a limpiar los grafitis.
Otras
manifestaciones
Al margen del grafiti,
hay otras formas de arte basada en la técnica del espray que sí han encontrado
el respeto del público y un hueco en la calle. Entre ellas están la decoración
urbana y el arte urbano.
Un ejemplo de
decoración urbana empleando la técnica del espray sería el de composiciones o
bodegones que ilustran los cierres de establecimientos comerciales. Las
decoraciones urbanas de este tipo están remuneradas económicamente y pueden
emplear otras técnicas como el vinilo o los pinceles.
Por lo que se refiere
al arte urbano, engloba cualquiera de las Bellas Artes. Mr Trazo señala que la
obra mantiene una conexión directa con la ubicación "y si se cambiase de
sitio perdería su significado". Normalmente este tipo de obra es ejercida
por artistas con cierta formación intelectual, adquirida académicamente o de
manera autónoma, y lo hacen legal o ilegalmente. Uno de los máximos exponentes
en este género es Banksy, cuyas obras cotizan ya como las obras de arte de los
grandes maestros.
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