Esta noche en el museo Juan Yaparí se presenta la muestra
colectiva de artistas misioneros que busca una revisión del uso de los dogmas
religiosos y la manipulación de las personas. Los artistas Ironic Fakinstail; Azida,
Matt SH Arts; LauSz y Mauro Lirussi presentan una muestra que busca sacudir los
dogmas en busca de la visión racional de la sociedad y las personas.
La historia de la religión es la historia de la manipulación
de las masas en nombre de la autoridad, y el uso de entidades inexistentes para
acumular poder. Según Voltaire, la religión nació cuando el primer estafador se
encontró con un idiota.
Desde la Muerte de Sócrates (399 antes de la era vulgar),
hasta las Milicias Cristianas de Estado Unidos y sus atentados en Georgia y
Waco (1994) y la Yijad Islámica, las religiones han tenido la fuerza -y nunca
la razón- para hacer que gente, a veces buena, se comporte de manera totalmente
inmoral.
Para los artistas la religión presupone una mancha de
irracionalidad, cada vez más reducida, pero que continúa resguardando su poder
de la única manera que sabe hacerlo: con mentiras y manipulación; con amenazas
o violencia; vendiendo paraísos ficticios; apañando la miseria y sacando
cuentas de su beneficencia interesada; tramando pactos con los gobiernos a
espaldas del Pueblo, y a veces contra él.
La religión, según los expositores es pensamiento mágico,
primitivo; es la explicación infantil de fenómenos sin tomarse el trabajo de
estudiarlos. No es de modo alguno complementaria a la ciencia: es su enemiga,
en tanto propone una forma de conocimiento ajena al estudio, a la
experimentación, a la revisión de pares, y al racionalismo. Y esa enemistad que
tuvo sus picos en el arrepentimiento forzoso de Galileo, la quema de Miguel
Servet, o los cuestionamientos a Darwin se actualiza al día de hoy en la
impertinente intervención en el debate sobre el aborto, la investigación con
embriones, o la discriminación a homosexuales.
La religión persiste, ajena a la comprobación, inútil,
torpemente vociferante, arrogante, entrometida, y con los mismos miserables
argumentos milenarios e insignificantes. Ya es tiempo de que la dejemos volver
a la oscuridad de la que surgió.
El lema de los expositores es “negamos la existencia de
todos los dioses, y la utilidad de todas las religiones”. Plantean que “los que
hacemos esta muestra somos ateos, y nuestra obra no responde a ningún dogma. Defendemos
el librepensamiento y el laicismo y negamos la potestad de las religiones de
intervenir en la leyes, la educación, la ciencia, la ética o cualquier otro
estamento civil”.
Por eso ellos afirman que “en contra de todas las religiones
establecidas o no, y de las creencias opresivas y sin fundamento, gritamos
nuestra blasfemia a un cielo vacío”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario