Cuando caminas y ves un destello de color que rompe la
monotonía de la ciudad, te abstraes y quieres conocer en profundidad, cual es
el origen de esa manifestación de colores que no es habitual en la ciudad.
Anoche, me sucedió eso, plaza central, donde manifestantes reclamaron todo el
día por lo suyo, a la noche se convirtió en la sala de exposición de Javier Solís.
Solís es un chaqueño que desde hace 10 años recorre Latinoamérica
con sus aerosolgrafías, técnica que la aprendió de un keniata, luego la fue
perfeccionando con su propia experiencia. Viene de recorrer el vecino Paraguay
donde ilustrando y recorriendo fue tomando paisajes para ir plasmándolos en sus
cuadros.
Ahora en la tierra colorada, ansia expresar su arte en la
capital provincial. Mientras recorre paisajes y rememora su primera visita hace
unos cuatro años. Solís además de hacer cuadros hace murales donde explaya su arte.
La aerosolgrafía es una pintura urbana que nació en la calle. No existe un estilo especial, existen temas
especiales creados por cada artista.
En cuanto al papel usado, se puede utilizar cualquier tipo
de papel, cartón incluso plástico. La aerosolgrafía utiliza los aerosoles con
instrumentos secundarios como palitos, paletas, bolsitas etc. para obtener los
distintos grafismos.
También se utilizan mascaras que son pequeños protectores,
que permiten pintar las partes esfumadas sin ensuciar los sectores ya
terminados de la lámina; pueden ser los planetas que se realizan con una máscara
circular para lograr el efecto de un cuerpo.
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